Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender, peligroso.
Confucio (551 AC-478 AC).
Sé que ha llegado el momento de pensar en “ponerme en marcha”, ya sea por eludir las excusas de siempre para no buscar un rato (será por esos ladrones del tiempo que tan bien hacen su trabajo) o por las mentiras que nos decimos a nosotros mismos, que son las mejores defensas ante la cruda realidad que queremos evitar reconocer.
Sea por una cosa o por otra, la urgencia, como siempre, derrota a la importancia, pero sólo ha ganado una batalla, no la guerra y sirva este post como evidencia de ello.
En muchas ocasiones nos paramos a pensar, pero como el pensar requiere tiempo, del que normalmente no disponemos, esta acción queda únicamente en un intento infructuoso. Muy bien, el escenario actual es uno de los peores que podíamos imaginar, pero si hay algo que define esta nueva realidad, es que tenemos espacios de tiempo que ocupar, sólo hay que pensar en ello.
Días de COVID-19, días de mucha distancia y pena, con algunos momentos de encuentro a distancia y alegría, por ello, días raros, muy raros. Tenemos muchos huecos en nuestras agendas diarias, que hasta hace algunas semanas estaban ocupados por distintas actividades, es decir, hoy tenemos tiempo que podemos destinar a pensar, pero ¿vas a incluirlo en tu vida? Ahora no tienes agenda que te lo exija.
Si nos paramos a pensar, cada uno de nosotros sabemos qué podemos, tenemos y debemos hacer, pero es en los momentos de mayor incertidumbre en los que hay que demostrar una de las competencias personales más difíciles de desarrollar, pero a la vez más necesarias en nuestra vida, el autoliderazgo.
Autoliderazgo tiene que ver con decidir que ha llegado el momento, analizar tus fortalezas y debilidades, marcarte un objetivo de mejora, definir la mejor estrategia para lograrlo y “ponerte en marcha” para que todo lo planeado se haga realidad ¿fácil? Por supuesto que es fácil, no necesitamos ayuda, es todo cosa nuestra, únicamente es cuestión de pensar las capacidades y experiencias personales que nos pueden ayudar.
Stephen R. Covey desarrollo hace años un modelo para alcanzar la efectividad personal e interpersonal, que publicó en su libro “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas”, un modelo de liderazgo que empieza por uno mismo, por la proactividad personal, la que define el inicio de un nuevo camino. Te dejo un par de preguntas en las que pensar ¿eres una persona proactiva?¿de qué forma te lo demuestras?
Es verdad, como coach y mentor os puedo asegurar que he comprobado muchas veces que no es todo tan sencillo y a veces es un camino muy largo para recorrerlo sólo, pero antes de buscar una nueva escusa, tal vez haya llegado también tu momento de “ponerte en marcha”. Pensar en 3 ingredientes personales que os pueden ayudar: responsabilidad para decidir hacerlo, compromiso para luchar por ello y confianza en vuestras fortalezas para conseguirlo. Entonces, ¿qué te lo impide? ¿qué temes?
William Schutz, psicólogo estadounidense, dijo que hay un único miedo, el miedo a no saber enfrentar lo que ocurra. No es cuestión de estar constantemente preparándote para… “lo que sea”, tenemos que sentir la certeza de que cuando llegue el día sabremos que haremos lo necesario, no es saber qué hacer, es saber por qué lo haremos.
Simon Sinek pone en el centro de su Círculo Dorado el ¿por qué?, ya que todo lo que empezamos tiene un propósito, te propongo pensar en ¿cuál es el tuyo?
Ha llegado tu momento de “ponerte en marcha”, todas las pistas que necesitas están en el texto señaladas en negrita.