Encontrándose las bases estratégicas de la empresa analizadas, definidas y desarrolladas en el mejor de los casos totalmente, de acuerdo a la planificación realizada en una fase anterior, podemos establecer como el siguiente paso en la evolución natural del desarrollo corporativo, la organización y el diseño de la estructura organizativa empresarial.
En este punto, podemos recordar las palabras de Alfred Dupont Chandler (1918-2007) historiador, sociólogo y profesor en Harvard Business School, el cual afirmó:
Si la estructura no sigue a la estrategia, el resultado final es la ineficiencia
Antes de iniciar un análisis en detalle de los distintos enfoques que podemos tener en cuenta en lo relativo a la organización empresarial, conozcamos el significado de los conceptos que estamos tratando:
- Organización: Asociación de personas regulada por un conjunto de normas en función de determinados fines Estructura: Distribución de las partes del cuerpo o de otra cosa
- Organizar: Establecer o reformar algo para lograr un fin, coordinando las personas y los medios adecuados
- Estructurar: Articular, distribuir, ordenar las partes de un conjunto
Tan sólo con estas definiciones tal vez parezca demasiado obvia la labor a desarrollar, pero la dificultad no está en el qué, sino en el cómo, ya que los distintos ámbitos de actuación así como los posibles enfoques determinan las acciones a realizar. Aunque de las anteriores definiciones se desprende que:
el proceso organizativo implica distribuir ordenadamente los recursos (humanos, técnicos y materiales) estableciendo un marco normativo que permita la coordinación de las partes para lograr un fin, lo cual nos facilita una visión general de dicho proceso.
La historia reciente de los modelos organizativos, concretamente centrándonos en el siglo XX, se puede analizar atendiendo a los distintos enfoques que han sido objeto de estudio y desarrollo a lo largo de este periodo, los cuales muestran las claves de la evolución de los mismos en sus rasgos característicos.
Dichos enfoques plantean inicialmente organizaciones estructuradas como sistemas cerrados, atendiendo tanto su estructura como la organización de sus acciones a criterios internos basados en la eficiencia de los procesos y lejos de preocuparse por la adaptación al entorno, para evolucionar a sistemas abiertos, los cuales tienen en cuenta los cambios del entorno externo y adaptan su desarrollo a los condicionantes externos para lograr una mayor sintonía con ellos.
Esta situación también debe analizarse teniendo en cuenta que el grado de atención que las organizaciones prestaban a los criterios técnicos-funcionales y a los basados en las relaciones sociales era muy distinto, por el objetivo perseguido en cada caso.
Gráficamente la evolución de los enfoques organizativos a lo largo del s.XX se representa a continuación:
Según lo anterior, se pueden resumir los rasgos característicos de los principales enfoques organizativos:
1920-1930 – enfoque clásico-técnico, centrado en la mejora de la eficiencia productiva y la optimización de procesos mediante un uso racional de los recursos.
1930-1940 – enfoque humanista, las relaciones humanas entre los trabajadores cobran interés como mecanismo de resolución de conflictos y motivación de dichos trabajadores, continuando únicamente con un análisis entrado en el escenario interno de la organización.
1940-1960 – enfoque sociológico, las estructuras internas están optimizadas según la función prevista y se inicia un proceso en el cual se investigan los cambios del entorno externo para obtener información que favorezca la mejora de los procesos internos, más allá de los logros conseguidos por la optimización interna de los mismos, aunque la información se centra en aspectos concretos de interés en función de la tipología de cada organización.
1960-1970 – enfoque económico, la evolución del sistema anterior se basa en una mayor atención e interactividad con el entorno externo, la globalización de los mercados y el desarrollo del tejido empresarial motivan acciones dirigidas a integrarse en este nuevo escenario, modificando las estructuras internas y favoreciendo la colaboración y coordinación con otras organizaciones.
1970-1980 – enfoque estratégico, las organizaciones ya no sólo colaboran sino que inician procesos de alianza estratégica, la atención a las relaciones y al entorno centra la actividad organizativa de las empresas, las cuales indagan en nuevos mercados y se adaptan para conseguir sus metas, el desarrollo organizativo es más dinámico.
1980 hasta hoy – responsabilidad social corporativa, la misión, visión y valores corporativos están alineados y comprometidos con la sociedad y con su desarrollo sostenible, las organizaciones forman parte de una comunidad global que debe velar además de por sus resultados por los intereses de la sociedad en su conjunto. Se inician procesos de organización socialmente responsable en las organizaciones y se trabaja de forma global para conseguir una regulación efectiva en aspectos de calidad, medioambiente y sostenibilidad global.
Después de repasar los distintos enfoques y su evolución histórica, se puede analizar con más detalle la evolución de las empresas y se pueden plantear las preguntas que son necesarias establecer para saber los condicionantes a los cuales se deben enfrentar las organizaciones actuales, siendo dichos aspectos los principales elementos que definirán la estructura empresarial, ¿hacia que modelo evolucionarán los tipos de enfoques organizativos?