En todo proyecto el primer paso debe ser la realización de una correcta planificación, ya que en base a ella desarrollaremos y ordenaremos las tareas que tenemos que acometer y estableceremos los recursos necesarios para llegar a los objetivos finales.
En base a lo anterior, es evidente que a nivel empresarial debemos partir del mismo supuesto y planificar las acciones a realizar, aunque existen determinados niveles y enfoques de planificación estratégica que trataré en artículos posteriores.
No por ello debemos plantear la planificación únicamente como un proceso rígido y sistemático dirigido a conseguir el éxito en términos de producción. Aunque así fue históricamente el inicio de estos procedimientos, ya que se centraban en la organización científica del trabajo que fue ampliamente analizada por Frederick Winslow Taylor (1856-1915) y por sus sucesores, dando lugar a numerosas vertientes de pensamiento, pero el objetivo de eficiencia en los procesos era común a todos ellos y la planificación y organización de los recursos eran las bases del desarrollo de los proyectos, ya en esos años.
Estas bases organizativas son utilizadas en multitud de ocasiones en escenarios industriales ligándolas a los procesos productivos, pero no por ello dejan de tener validez en el resto de sectores y por supuesto son aplicables a empresas de cualquier tamaño, lo cual las hace universales y dignas de conocimiento y reflexión.
Pero alejándonos de este punto de vista concreto y centrándonos en la planificación desde un enfoque estratégico, no sólo es importante saber lo que debemos hacer, ya que el orden, duración, recursos necesarios y objetivos de cada una de las etapas de nuestro desarrollo es vital para conseguir llegar a la meta fijada.
Para comprobar la globalidad del ámbito de aplicación de estas teorías, sin derivar la justificación hacia un sector u otro y sin entrar en las teorías de organización empresarial, sobre las que volveremos más adelante, podemos fijarnos en la definición objetiva de estos términos que ofrece la Real Academia Española, añadiendo la definición de los conceptos que implican acción:
Proyecto: “Primer esquema o plan de cualquier trabajo que se hace a veces como prueba antes de darle la forma definitiva” |
Proyectar: “Idear, trazar o proponer el plan y los medios para la ejecución de algo.” |
Planificación: “Plan general, metódicamente organizado y frecuentemente de gran amplitud, para obtener un objetivo determinado, tal como el desarrollo armónico de una ciudad, el desarrollo económico, la investigación científica, el funcionamiento de una industria, etc.” |
Planificar: “Hacer plan o proyecto de una acción.” |
Todo lo anterior refleja la estrecha relación existente entre un proyecto y su necesaria e inseparable planificación, lo cual debe hacer que nos preguntemos porque muchas empresas continúan desarrollando sus actividades sin una planificación previa de las mismas, esperando que el “así lo hemos hecho siempre” o el “sigamos adelante y ya veremos” consigan que el futuro les ofrezca buenos resultados, en muchos casos sin estar dichos resultados fijados previamente.
Tal vez sea éste el momento en el cual nos debemos plantear el inicio del trabajo de planificación de la actividad de nuestra empresa, para lo cual podemos hacer un simple ejercicio dividido en tres etapas principales:
– ampliar nuestro campo de visión al máximo, alejarnos del día a día y pensar en el destino al cual queremos dirigir nuestra organización, ya que esta visión es la necesaria para establecer una planificación estratégica de la empresa
– posteriormente nos acercaremos más a las actividades que debemos realizar a medio y corto plazo para conseguir el fin anterior, logrando de este modo definir la planificación táctica
– y finalmente llegaremos a analizar las actividades cotidianas de la empresa, las cuales deben estar totalmente asociadas a los objetivos anteriores, siendo parte de la planificación operativa de la empresa
Las tres tipologías de la planificación empresarial citadas conforman la guía que da sentido a la actividad de la empresa y deben ser analizadas, desarrolladas, evaluadas y controladas en todo momento para lograr los objetivos de la empresa.
Entonces, algo tan importante no puede dejarse al margen de nuestras actividades, ¿no creéis?