¿Se puede luchar contra el estrés?

EstrésQue el estrés afecta al rendimiento está suficientemente probado por numerosos estudios y tal vez por ello asociamos, más de lo debido, a este problema la falta de rendimiento, sin profundizar en las causas reales del mismo, por temor a encontrar lo que nunca quisimos buscar.

Mantener el estrés bajo control es un mecanismo normalmente complejo, pero podemos usar determinadas estrategias para apoyar a nuestro convencimiento de lograrlo, siempre que estemos convencidos de luchar por ello. El artículo publicado por Forbes “Stress Literally Shrinks Your Brain: 7 Ways To Reverse The Damage” nos aporta claves para controlar el estrés, que podemos poner en marcha de forma inmediata si estamos decididos a conseguirlo, pero ¿lo estamos?

En algunas ocasiones no se trata de falta de motivación para lograrlo, ya que existen problemas de otra índole que ocasionan estados anímicos negativos, redundando en el incremento del estrés y la falta de rendimiento, creando un círculo vicioso muy peligroso no sólo para el rendimiento, sino para la salud.

Pero cuando el estrés únicamente se construye alrededor de una excusa, para intentar enmascarar nuestra falta de motivación y librar esa batalla personal contra la falta de rendimiento, es cuando se debe actuar desde la consciencia y la responsabilidad de salir de ese estado y volver a la realidad, dos de los aspectos básicos de trabajo del coaching.

La Sexta Encuesta Europea sobre las Condiciones de Trabajo (EWCS) publicada por el Eurofound, indica que “Las demandas emocionales, como la ocultación o represión de los sentimientos, pueden desembocar en estrés psicológico. Más de una cuarta parte de los trabajadores, el 28% de los hombres y el 35% de las mujeres, oculta sus sentimientos en el trabajo durante la totalidad o la mayor parte del tiempo.”.

No podemos obviar esta realidad y los efectos nocivos que plantea para la salud, pero tampoco se debe eludir la responsabilidad personal a la hora de intentar acometer cambios importantes de actitud, comprometiéndose con la tarea de reconocer la realidad diaria que a cada uno le ha tocado vivir. Puede que las condiciones de trabajo no sean las óptimas, o que no permitan expresarse cómo realmente gustaría, pero tal vez no sean necesarias ni útiles en muchos momentos, lo cual únicamente se puede analizar en términos objetivos si se está alejado de los estados emocionales que conducen al estrés, es decir, observando y no sufriendo.

Stendhal (1783-1842), escritor francés, dijo “Querer, es tener el valor de exponerse a un inconveniente; exponerse así es tentar al acaso y es jugar”, pero ¿quién está dispuesto a jugar a descubrir los secretos que ni uno mismo quiere realmente desvelar?, tal vez sólo los más valientes, o los que estén dispuestos a averiguar lo que realmente esconden ellos mismos.

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